"La autoridad"

La disciplina es una cuestión que preocupa en la actualidad a la sociedad, a la escuela y a la familia. A menudo, unos y otros se quejan, los chicos y las chicas faltan al respeto y no obedecen, provocando malestar en los diferentes ámbitos y provocando un cierto sentimiento de nostalgia "si yo hubiera contestado así a mis padres, ya me hubieran dado una bofetada". Quizás para entender la situación, deberíamos discernir entre autoridad y disciplina, ya que si no tenemos autoridad, ya podemos inventarnos el reglamento disciplinario más estricto que queramos, que terminará en el más absoluto fracaso. Desde la época de nuestra infancia hasta la infancia actual, la sociedad ha vivido cambios importantes, entre ellos, el establecimiento de la democracia, la proclamación de los derechos de la infancia, por eso no se permite la imposición a cualquier precio, es decir, la tiranía. Los adultos miramos de evitarla y no ejercemos ni la fuerza física ni la denigración de un niño, pero los niños son pequeños "tiranos" de nacimiento, en el sentido que quieren salirse con la suya sea como sea, y utilizarán la rabieta, el grito, el chantaje… hasta desesperarnos. ¿Qué hacer, pues ante este juego desigual? En primer lugar recorrer a la aceptación de la autoridad que parece olvidada y que es próxima al saber, "ascendente gracias al cual alguien se hace respetar, obedecer, escuchar", desde aquí la ventaja pasa al terreno del adulto, en primer lugar, porque ocupa una función que la sociedad le reconoce como autoridad, padre, maestro, madre, desde donde sabe más que el niño, quizás no sabe tanto de máquinas, pero si de cómo funciona la vida; en segundo lugar, porque los niños, aunque a veces no nos lo parezca, están deseando encontrar a alguien que ponga límites a su "tiranía", encontrarse con alguien que le explique un mundo que él justo empieza a aprender, alguien a quien poder admirar, con quien poder identificarse. Es por este camino por donde pasa la autoridad. En cambio, la disciplina es un conjunto de normas y reglas, necesarias para que regulen la vida comunitaria, pero insuficientes. La disciplina se discute, el castigo puede ser o no justo, la autoridad no se discute, se ejerce.

Rosa López Calull
Maestra, psicoanalista y pintora